Mujeres Gozosas

Quise escribir sobre este tema ya que en varias consultas del último tiempo he observado esta incapacidad de disfrutar y de no dejar disfrutar a sus compañeros/as mayoritariamente como un conflicto femenino. La palabra «placer» para algunas mujeres esta asociada a egoísmo, a pensar en ellas mismas, en algo «malo» y/ o inclusive «sucio», o sea si disfruto y gozo algo está mal( como si estuvieran robando), y no estoy hablando sólo de sexo aunque obviamente esta área se ve altamente afectada ya que está ligada directamente al placer y al disfrute(en el mejor de los casos).En la sexualidad sienten como si se estuvieran «prostituyendo»( si piensan en cualquier cosa novedosa).El deber y las obligaciones les resultan fáciles y siempre están en primer lugar y como sólo «roban» pequeños momentos de placer(un pucho,»comprarse algo», en general a las apuradas y muchas veces con culpa), les molesta si ven que los «otros/as» de sus vidas se «permiten» disfrutar, tener momentos de ocio, etc, sin poner «excusas para el placer»!.

Cuando vamos para atrás en sus historias vemos que la palabra «placer» o » gozar» no les son familiares y sí «agradar» a todos menos a ellas mismas!!!

Hace un tiempo fui a una charla de Sexualidad para padres en un colegio( era para que nos cuenten de qué iban a hablar con nuestros hijos/as, la disertante puso la palabra «Sexualidad» en el pizarrón y pidió que los padres dijéramos a qué nos remitía,la primer persona dijo «enfermedades sexuales», la siguiente dijo» prostitución», continuaron diciendo «peligro», «riesgos»,» embarazo». Yo levanté la mano y dije» placer», todos/as se dieron vuelta a mirarme( un poco colorada me puse), y el profesor aclaró » lo que Dolores quizo decir con placer es….!!!!» hasta a él le dió verguenza que hubo que dar explicaciones?. Y ahora si lo pienso un poquito más, feminismo mediante, lo más complejo es que quizás esa respuesta la dió una mujer.

Sino nos animamos a hablar de sexualidad como algo que podría ser por lo menos a veces altamente gratificante, si los adultos no podemos reconocer en el encuentro sexual algo del orden del placer, del disfrute, del juego, cómo vamos a esperar que nuestros hijos/ as crezcan y vayan construyendo y desplegando su sexualidad como algo lúdico y necesario para la salud individual y de las parejas también.

Agrego a esta nota para quien quiera leer un poco más, parte de una nota más larga»El Alma Del sexo» sobre la «vida epicúrea»,Epicuro fue un Dios Griego que hablaba nada más y nada menos que del placer.(escrita en esta misma página en el 2017)

Lic. Dolores Rueda

5.8 La vida epicúrea

El filósofo griego Epicuro proponía poner una placa sobre el lecho matrimonial que dijera: “Harás bien en pasar algún tiempo aquí, donde nuestro mayor bien es el placer”. Para los epicúreos, el placer es un bien, el mayor de los bienes.

Imaginemos colocar al sexo como la  primera de nuestras prioridades en el matrimonio o en otras relaciones íntimas: antes que el amor, el afecto, el deber, la comunicación, la paternidad y el apoyo mutuo. Si suena irresponsable o superficial dar al sexo tal preeminencia, quizá hayamos perdido realmente la idea del alma del sexo. Dejándola de lado, damos al sexo un poder y una autonomía que finalmente vuelve a perseguirnos y a llevarnos a un extremado maltrato de nuestras parejas. Si dejamos libre la potencia del sexo, su seducción y su placer, encontraremos que puede ser el pegamento más efectivo para mantener todas las piezas y partes unidas.

Aquí no estamos movidos por la obligación sino por el placer. El lugar adecuado, el momento, el marco, la ropa, la luz y el tacto proporcionan las mayores delicias. El placer es la medida y el único criterio: el placer que damos y el placer que recibimos. No le preguntamos a la mente qué es correcto y elegante, y no consultamos las voces del superego para asegurarnos de estar aprobados y justificados en lo que estamos haciendo. No tratamos de explicarnos cómo funciona todo lo que realizamos. No medimos nuestras acciones y respuestas con un código que nos ha sido dado para todo tiempo y lugar. Somos individuos en un momento y sitio particulares, en busca de placeres profundos.

El verdadero epicúreo es una persona alerta a las oportunidades de profundizar y hacer duradero el placer, quien entrelaza estos placeres en una vida donde el trabajo y el goce se entretejen, en el que uno puede estar profundamente implicado en el otro.

“Cuando considero a las personas que he conocido, quienes manifiestan en sus vidas lo que yo llamo alma, pienso en los hombres y mujeres que gozan de la vida, que comen bien, que tienen buen sentido del humor, y que evitan muchos de los moralismos del día. No dejan de tener culpas. No es necesariamente fácil para ellos cargarlas. No siempre son correctos en su conversación y conducta. Son individuos fuertes, no muy equilibrados en sus vidas. Buscan el placer, el placer profundo, y no fabrican excusas por ello.”

La belleza de la vida epicúrea consiste en que no hay nada que explicar, nada que comprender, nada que someter a análisis dolorosos. La tarea más bien consiste en educar los sentidos, dándoles en abundancia lo que merecen, encontrando en ellos el alma y amando con tal firmeza como para parecer loco e imprudente. El último epicúreo es el loco sagrado, cuya cordura es juzgada por una norma hecha en el cielo.

Lic. Dolores Rueda

Un comentario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *