Placeres que ruborizan

Desde que creé la página de sexualidad, muchísimas personas que me encuentro espontáneamente me dicen casi en voz baja «leo tu página», pero no pongo «me gusta» o no comento nada porque…:»Trabajo en un colegio católico», o » No me quiero exponer»,» Me da miedo que alguien me juzgue», o cuando me ven personalmente me dicen» con vos tengo que hablar», ¿te puedo pedir una consulta?,( siempre despacito).¿Da verguenza decir públicamente a través de un «me gusta» que la gente lee sobre sexualidad?. Si fuera por los » me gusta» debería cerrar la página, si mido por las consultas reales que tengo, veo que las personas tienen muchas preguntas, curiosidad,preocupaciones alrededor de su vida sexual, de sus cuerpos, de si son deseables o no, de qué hacen otras personas, si a tal o a cual edad sigue «pasando algo o no», de los pactos actuales y renovables con sus parejas, de sus fantasías sexuales, de las fantasías de su pareja, de sus rasgos homosexuales, de sus particulares gustos sexuales, de sus ganas de explorar cosas nuevas.

El espacio para hablar de la propia intimidad es un espacio de muchísimo respeto y de conocimiento propio y de la pareja. Cuantas personas y parejas me dicen «ojalá hubiésemos consultado antes», ya que es muy común consultar cuando están en «terapia intensiva» y no ante los primeros síntomas.

Muchos hombres no hacen nunca en su vida una consulta psicológica pero cuando algo falla en su vida sexual o más específicamente con su pene, ahí suelen sentirse urgidos, y luego de lo que menos hablan es de sus genitales.

Muchas personas solas dicen querer conocer a alguien pero tienen «pánico» de no gustar, y con sus acciones ahuyentan y expulsan cualquier acercamiento de un otro/a .Arrastran años de autoestima bajísima y se vinculan con gente que les confirma que » algo está mal en ellos/as» y las relaciones saludables las dejan pasar de largo…

La vida sexo-afectiva de las personas es una parte muy importante de satisfacciones o frustraciones, es un lugar donde siempre hay algo más para aprender, para explorar, para jugar.

Pero aún hoy, año 2020, seguimos «poniéndonos colorados», y les voy a compartir un secreto:

Hace poco me tocaron la campana de mi casa que es muy fuerte y fui a ver quien era y me dijeron desde la vereda: «¿ Acá vive la sexóloga?»… y me puse «colorada» y pensé ¿qué van a pensar los vecinos? Ja ja ja ….Placeres que ruborizan.

Hablemos de sexo…aunque nos pongamos colorados.

Lic. Dolores Rueda

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